Su Sangre, el Hilo Rojo
Una leyenda oriental cuenta sobre un anciano que vive en la luna, este sale cada noche y busca entre las almas aquellas que están predestinadas a unirse en la tierra, cuando las encuentra las ata con un hilo rojo en sus dedos meñiques para que no se pierdan.
Algo en esta leyenda
cautivo mi corazón, y entre todo lo que encontré y leí sobre ella, que
realmente no es mucho, fueron dos cosas, una, la frase medular de todo «Un hilo rojo invisible conecta a aquellos
que están destinados a encontrarse, sin importar tiempo, lugar o circunstancias.
El hilo se puede tensarse, enredarse o contraerse, pero nunca romperse» y
lo segundo es que este hilo rojo no solo habla de una relación amorosa
sentimental, también es llevada a un plano menos íntimo pero igual de profundo,
la adopción. De lo que hablaré en otro momento.
Volviendo al inicio
y lo que me llevo a pensar que está posibilidad no es tan leyenda, es que hay
algo profundamente cierto en ella. Todos buscamos esa otra punta de nuestro
hilo rojo, hablando en un plano sentimental, anhelamos esa sensación, esa loca
idea del amor puro e incondicional, romántico y eterno sin tacha ni mancha, de
puestas de sol y cenas a la luz de las velas, todos lo soñamos y nos
decepcionamos al dar con la punta equivocada; pero hoy quiero mostrar que ciertamente
existe, esa otra punta del hilo, existe, en un sitio no tan romántico, no tan
bello, la verdad ningún hombre en conquista de una mujer la citaría a ver como
asesinan a un par de hombres, para disfrutar ahí en medio de las velas y las
copas de vino, un par de lanzas y chorros de sangre, de fondo música suave que
se mezcla con los gemidos y el golpe de huesos rotos, vestida de tacones y
gala, corbatín y chaleco para ver en primera fila una sentencia a pena de
muerte, no jamás!! No es la idea que tenemos al pensar en la persona que está
al otro extremo de nuestro meñique. Pero así es, este extremo de la fibra tomó
forma entre clavos y espinas, gota a gota se abrió paso entre la humanidad para
encontrarte, para mostrarte que su amor raya entre lo ilógico y lo mágico.
Tararea al bailar el "anciano"
"Ustedes no me escogieron a Mí, sino que Yo
los escogí a ustedes"
Juan 15:16
Este es mi hilo
rojo, ese amor íntimo y sentimental, Él nos escogió. Él como ese anciano que
bajo de la luna, para atar a dos personas en el destino, bajo para amarnos,
bajo de la diestra de Su Padre, para subir a un lugar indigno y doloroso, la
punta de su hilo se encuentra atada en los huecos de Sus manos, las heridas de
su piel, ahí en el hueco de las llagas de donde se desprendió gota a gota aquel
hilo rojo carmesí, se encuentra el amor certero.
Isaías 49:16
“He aquí que en las palmas te tengo esculpida”
La otra punta, tensa
y enredada se encuentra en la hilacha atada a nuestro meñique, en nuestras
manos.
Jesús entrelazó
todos sus dedos en aquella decisión, dice: que derramo toda su sangre.
“Y estando en agonía, oraba con mucho fervor; y su
sudor se volvió como gruesas gotas de sangre, que caían sobre la tierra.” Lucas
22:44
Es así como se ve el
verdadero amor, no dejo nada a la imaginación, no dejo nada al destino, no dejo
nada en sus venas, lo sacrifico todo.
Su hilo bañado en
agua y sangre no le interesa la tensión que ponemos con la distancia e
indiferencia, los reclamos y lamentaciones que reflejan la rigidez de nuestras
propias almas.
Reconoce el enredo
de nuestra hebra al paso de la vida, luchando una carrera para escondernos,
para no querer reconocerlo, buscar otras fuentes otros motivos, otros
argumentos. Lo que me recuerda algo fundamental en esta leyenda, nunca se rompe, así es este amor de
Jesús nunca se rompe, nunca se da por vencido, lo podremos enredar, tensar o
distanciar, pero jamás romper. A Él no le quedo una sola gota de sangre para
ruborizarse por nuestros desplantes.
Este hombre de la
luna a quien me gusta llamar Jesús, baja de su lugar cómodo, tranquilo y en
paz, sabe que necesitamos de amor, de Su Amor, y nos brinda una oportunidad de
encontrarnos con esa ternura, subiéndose a esa cruz y derramando hasta la
última gota de Su sangre, hasta el último hilo rojo.
Mágico cautivante encantador romántico
ResponderEliminarHermoso escrito y totalmente cierto!
ResponderEliminarWow...Bello!!! Serio muy, muy bello!
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